Pedro Almansilla era el jefe del retén de Cogolludo. Tenía una gran experiencia, como lo demuestra el que llevara 34 años en la lucha contra los incendios forestales. Estaba contratado por la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha. Vecino de Cifuentes, estaba casado y tenía dos hijas, Erika y Goreti, de 26 y 31 años.
Almansilla fue alertado por un vecino de Riba de Saelices de que era peligroso bajar el talud, pero prefirió seguir adelante. Según este vecino, el jefe del retén llegó a decir que los valientes eran los primeros en morir.
De carácter extrovertido y con gran sentido del humor, el domingo pasado no le tocaba trabajar, pero decidió sumarse al equipo para estar al frente del dispositivo. Todas las autoridades regionales han destacado su gran profesionalidad.
Alberto Cemillán, 37 años, segundo jefe de la dotación. Alberto Cemillán, de 37 años, era vecino de Arbancón y trabajaba como segundo jefe de la dotación del grupo. Siguió la vocación de su padre, que también fue agente forestal. Estuvo en Madrid trabajando durante un tiempo en la Empresa Municipal de Transportes (EMT), pero su verdadera pasión, el campo, le hizo volver dos años después a sus orígenes. Ésta era su campaña número 13 en la lucha contra el fuego.
Cemillán Estaba casado y tenía dos hijas, de ocho y nueve años. Era un gran amante de la naturaleza y le encantaba salir a montar en bicicleta en sus horas libres.
Jesús Jubrias Navarro, 43 años. Ésta era la cuarta campaña de Jesús como retén forestal en la provincia de Guadalajara. Vivía en el municipio de Jadraque. De carácter abierto y jovial, había dejado su trabajo en la hostelería tras el cierre del Mesón Jadraqueño, según publicó en su edición de ayer el diario Nueva Alcarria.
Estaba casado y tenía dos hijos: un varón de 15 años y una chica de 13. Pertenecía a varios colectivos vecinales y asociativos de la provincia.
José Rodenas, 52 años. Vecino de Cogolludo desde hacía unos 10 años, al igual que el retén, Rodenas trabajaba en las labores de extinción de los incendios forestales desde hacia cuatro temporadas.
En los dos últimos años se había dedicado a conducir uno de los dos camiones autobombas que estallaron en el siniestro del retén. Compartía casa con otra persona desde hacía unos cinco años.
Mercedes Vives Parra, 32 años. Fue la única mujer que pereció en la tragedia del pasado domingo. Separada y con dos hijos, ésta era la primera campaña en la que Vives participaba en la lucha contra el fuego en los bosques.
Vecina de Humanes, había trabajado en un taller de maquinaria que tiene uno de sus hermanos en esta localidad alcarreña. Al igual que el resto de sus compañeros, que la llamaban "la rubia", estaba preparada y capacitada para ejercer el trabajo en el retén, según fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha.
Manuel Mantecas, 24 años. Trabajaba en el retén forestal desde hacía cuatro temporadas. De hecho, su gran ilusión era convertirse en bombero. Vecino de Marchamalo, Mantecas terminó estudiando Formación Profesional en la rama de electricidad, lo que también le valdría como oficio en la oposición de bombero.
Entró de guardia en el retén el sábado pasado a las diez de la noche. Una de sus pasiones era la música.
Jorge César Martínez Villaverde, 24 años. Vecino de Madrid, era la cuarta temporada en la que trabajaba en los retenes forestales, según fuentes del Gobierno regional castellano-manchego. Sin embargo, sus amigos y conocidos elevan esta cifra hasta las siete temporadas, desde los 17 años.
Su gran pasión era el deporte, en especial, el fútbol. Estaba estudiando Educación Física en el INEF en Madrid. De carácter muy abierto y bohemio, no le tocaba trabajar el domingo pasado. De hecho, pensaba regresar a Madrid para ver a su novia, pero fue movilizado en el último momento para participar en el incendio desatado la víspera. Con este trabajo se sacaba un dinero para el resto del año. Era hijo único.
Marcos Martínez García, 24 años. Hijo de la delegada de Educación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Guadalajara, era su cuarta temporada en los retenes forestales. De hecho, residía en la capital con el resto de su familia. Estudiante de Historia, Martínez se caracterizaba por su carácter afable y su gran amor a la naturaleza. Algunos compañeros de su madre señalaron que ésta se encontraba desecha por la inesperada muerte de su hijo.
Sergio Casado Iritia, 23 años. Era su primera campaña en los trabajos de extinción de fuegos en verano. Nacido en Guadalajara, residía en la localidad de Cabanillas del Campo. Entre sus aficiones destaca todo tipo de deportes, en especial la escalada. Fue monitor de este deporte en la Universidad de Alcalá y profesor de vela en la Escuela de la Diputación de Guadalajara. Estaba soltero.
Luis Solano Montesinos, 35 años. Vecino de Guadalajara, su gran pasión era la fotografía, pese a que la tradición dentro de su familia era la abogacía. De carácter bohemio y simpático, a Solano le encantaba el campo. Algunos de sus conocidos le calificaron como un experto como pocos. Ésta era su cuarta temporada en los retenes forestales.
La voz de alarma surgió el domingo cuando su madre no recibió la tradicional llamada de su hijo. La familia se puso en alerta al ver que le podía haber ocurrido algo. La triste noticia se confirmó horas más tarde.
Pertenecía a la Agrupación Fotográfica de Guadalajara, donde tenía previsto exponer en enero próximo una muestra sobre las fiestas tradicionales de su provincia. Había recibido diversos premios por sus trabajos. Su padre fue alcalde de Guadalajara y presidente de la Diputación.
Julio Ramos Vallado, de 28 años. Vecino de Balconete, era su octava temporada en el retén contra incendios (Castilla-La Mancha asegura que es la cuarta). Gran conocedor de la naturaleza y del campo, su pasión eran los animales. Tenía previsto dejar esta actividad cuando terminara la temporada, el 15 de septiembre, pero el fuego segó su vida antes de poder realizar su sueño
Hoy hace dos años
Publicado por Miel en 7/17/2007
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2 comentarios:
Vaya no se que decir, se me ha puesto un dudo en la garganta.
:S
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