Para activar mentes y cuerpos

“Al haber aceptado la idea de que la tecnología puede solucionar todos los problemas, y no volver a pensar nunca en ninguna idea alternativa que aportara un punto de comparación, y sin saber si quiera que existe ese conocimiento alternativo, también nosotros nos hemos separado de esa fuente, nos hemos alejado de ella, en el espacio, aislados de ese conocimiento por el hormigón y por las maquinas. Cada nuevo nivel de invención técnica nos aleja más de esa fuente. Cada invento ha engendrado otros, y nos ha hecho adentrarnos cada vez mas en la conciencia tecnológica y alejarnos de la realidad orgánica, asta el punto de que nos planteamos en serio abandonar el planeta, abandonar la naturaleza, abandonar el cuerpo. Intelectuales de primera fila analizan y consideran estas ideas como si fueran racionales. Toda nuestra sociedad ha empezado a padecer la locura del astronauta; desarraigados, flotando en el espacio, encerrados en nuestros mundos metálicos, con sistemas automáticos al alcance de la mano, comunicándonos principalmente con maquinas, siguiendo la lógica de la maquina, desconectados de la tierra y de toda realidad orgánica, sin ningún contacto con el mundo multidimensional, biológicamente diverso, ni con los matices de las visiones del mundo que son completamente distintas de la nuestra, incapaces de vernos a nosotros mismos desde oto ángulo, estamos alienados hasta la enésima potencia. Igual que el astronauta, no diferenciamos ya arriba de abajo, dentro de fuera. Nuestro mundo y nuestros procesos mentales están encerrados en las fronteras técnicas. En esta situación, pueden parecer lógicas muchas ideas y soluciones demenciales porque no existen pautas de comparación. Todo invento se vuelve plausible e incluso deseable, porque es parte de un compromiso que ya hemos aceptad, aunque ese compromiso lleve por su propia lógica a reorganizar nuestros genes, nuestros árboles y nuestro cielo; probablemente a abandonar el planeta y hasta la vida” JM en ULTIMO REDUCTO Nº1B

Mural, en frente de la barra del bar, que me quita muchas horas de sueño